domingo, 8 de diciembre de 2013

Nota a Adolfito Cambiaso





-¿Cuál es tu sensación?
-Voy a serte honesto: tengo sensaciones raras. Una felicidad enorme, pero a su vez estoy un poco triste por Juanma [Nero]. Me costó asumirlo. No por Sebastián [Merlos], que hizo un trabajo espectacular: ganamos por cinco goles, contra Alegría, la final del Abierto, fue difícil... Pero estoy contento porque hice historia con el club, jugué en la final con un clon... No puedo pedir nada más. Y creo que Milo [Fernández Araujo, el DT] hizo un trabajo mental in-creíble. Él dice que no se metió en el juego, pero nos hizo jugar de una forma diferente.
-¿Qué fue lo diferente?
No trasladar la pelota, hicimos un pase rápido al que mejor estuviera, y jugamos rápidos.
-Polo clásico.
-Clásico rápido. Con lo cual no había ninguno mejor que otro en el equipo, ¿viste?
-El miércoles habías dicho que todavía no estabas metido en el partido. En los tres días que pasaron, ¿llegaste a meterte?
-Jugué correcto. Jugué para ganar y ganamos. Ejecuté bien el penal en el momento justo [60 yardas en el séptimo chukker]; al gol que tenía que hacer lo hice.
-¿Dónde estaba tu cabeza?
-Creo que soy el que más sintió que no estuviera Juanma. Creé una relación linda con él y me dio tristeza su ausencia. Pero agradezco a Sebastián y a la vez estoy contento de haber ganado Palermo, de tener la Triple Corona... Y va un fuerte abrazo a toda la familia Novillo, más allá del polo. Esto es una alegría para el club, para nosotros, pero lo de Javier me toca, me llegó. Eso lleva a uno a otro plano, a hacerse preguntas, muchas preguntas... Pero la vida es lo que es, y hay que afrontarla. Tienen que seguir adelante él, su familia, todos. Un fuerte abrazo.
-¿Eso forma parte de esas sensaciones encontradas?
-Todo. Es un combo de cosas. Se ganó la Triple Corona, la final del Abierto... ¿Qué más puedo pedir como jugado, para mi carrera? Como siempre dije: traje a la hinchada de Chicago, y estu-vo espectacular; ahora jugué con un clon una final... Fui haciendo eso. Uno va poniendo una semilla, marcas. Las marcas son lindas.
-Tienen una camiseta que dice "campeón Triple Corona 2013".
-No lo sabía...
-¿En septiembre la imaginabas?
-No, porque nunca pensé en Tortugas hasta que hablé con Milo y él me llenó la cabeza: "Yo vengo acá a ganar. Se puede". Nos convenció de que se podía, y tenía razón. Se pudo. Sin conocerlo tanto, a mí me llegó en muchos momentos, como con un mensaje hoy a la mañana.
-¿Cómo era su relación cuando eran rivales?
-Buena. Sabía que él era muy buena persona, pero jugamos siempre en contra. Estoy agradecido de que sea parte de este momento histórico para el club y para mí.
-¿La Triple Corona con esta camiseta era una de las marcas que le faltaban a tu carrera?
-No la consideré hasta que gané Tortugas. "Puede llegar a darse", pensé. Hoy ya está. Mi familia me ha apoyado. María [Vázquez, su mujer] ha puesto muchas horas de sí para que yo estuviera bien. Me ha acompañado un montón en los momentos malos... En estos tres meses uno la pasa mal y muy bien. Y ella es de las personas que bancan siempre, estando al lado de uno. Como Paidu, mi preparador físico, que es fundamental.
-¿A qué te referís con "malos momentos"?
-A cosas que van pasándole a uno en la vida. Ella trabaja un poco con la motivación, me ayuda. Me refiero a cosas de la vida: lo de Javier, caballos que se rompen, caballos que se mueren, amigos enfermos, cosas malas de la familia y del colegio... Hay un montón de cosas. Uno no es sólo polo. Y ella me acompaña en to-do eso, que para mí es fundamental. Lo más importante de mi vida.
-Llegaste a tu 10º Abierto de Palermo ganado, y así pasaste a ser el jugador en actividad más ganador y sumás una mitad de la cantidad que logró Juancarli-tos Harriott. ¿Qué sentís?
-Llegar a 10 abiertos era una cuenta pendiente que tenía en mi mente. Honestamente lo digo. Eso sí tenía pendiente. Porque uno mira hacia atrás jugadores históricos como Gonzalo Pieres, Mariano Aguerre, todos los Heguy, Trotz, y yo estoy arriba de ellos. Estoy arriba. Y eso está muy bueno. Quizás me lleve otro Olimpia; a esta altura de mi carrera no sabía si iba a pasar. Creo que lo merezco si valoramos lo que hice en la Argentina. Y afuera no me fue tan mal. Ahora, a los 38 años, estoy compitiendo con gente joven. Tengo 21 abiertos jugados, y sigo estando ahí.
-¿Qué te queda por delante si ya lograste todo esto?
-Seguir ganando.

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